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Las cifras oficiales y nosotros


ALFONSO PRUDENCIO CLAURE Paulovich
© LOS TIEMPOS / Cochabamba, Bolivia
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© by Paulovich



La Paz - Bolivia, sabado, 23/07/2011

Con mi habitual optimismo recibí la noticia de que la economía nacional había crecido en el primer trimestre de este año en un 5,72 por ciento, y cuando mi abnegada pariente espiritual concluyó de leerme la prensa local, no pude reprimir mi entusiasmo y lancé al aire mi grito de mariachi: “ay, ay, ay, ayyyyy Jalisco no te rajes…” abracé a mi comadre y la despeiné desatando sus negras trenzas, para luego vitorear al presidente Evo y a su ministro de Economía y Finanzas señor Luis Arce Catacora.

Mientras tanto, la cholita cochabambina anotó en su libreta algunas cifras, las sumó, restó, multiplicó y dividió para luego decirme: “siento mucho, compadre, pero no tiene usted por qué alegrarse porque usted y yo y la mayoría del pueblo boliviano seguimos en medio de una crisis muy severa y nos hallamos más pobres y jodidos que el año pasado”.

Sus palabras me dejaron desalentado y antes de escuchar mis argumentos en defensa de las cifras macroeconómicas que emborrachan a nuestros gobernantes y a sus seguidores, Macacha me dijo: “Si usted cree, compadre en que su economía privada ha mejorado en los últimos años, entonces págueme lo que me debe desde hace dos años y medio, o por lo menos abóneme los intereses libremente convenidos”.

Empecé a farfullar buscando una respuesta digna y correcta, tuve que callar durante algunos instantes.

Acercándome a ella y reconociendo que ella sabe mucho más de asuntos económicos que yo, lo que se puede probar fácilmente, osé decirle tímidamente que este Gobierno ha conseguido que por vez primera nuestro Banco Central de Bolivia tenga una reserva de 10 mil millones de dólares, lo cual no es poca cosa. Macacha me miró con pena y me dijo: “En primer lugar, no es “nuestro” Banco Central sino el Banco del Gobierno, pues éste decide lo que debe hacerse con las famosas reservas y así lo ha hecho pues dispuso que el Banco concediera un préstamo de mil millones de dólares a Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos y así se hizo pero la famosa y mágica cifra sigue siendo exhibida a los cuatro vientos y ninguno de nosotros sabe cuál es el verdadero estado de las reservas y cuáles son los montos de la deuda externa y de la deuda interna de Bolivia.

La cholita cochabambina había dicho otra de sus verdades y para no quedarme callado me atreví a decirle que nuestro Ministro Blindado había logrado evitar la inflación y que el peso boliviano se había fortalecido frente al dólar que hoy vale otro punto menos.

Macacha me miró de arriba lo cual no es raro porque ella es más alta que yo y me dijo que no creyera en aparecidos, asegurándome que nuestro pueblo soporta a partir de enero la elevación de alquileres y todos sufrimos la elevación en el costo de la vida, echándome en cara que yo había callado ante la subida del precio de un trago de whisky que desde enero vale un 10 por ciento más, citándome además los actuales precios de la carne, el pollo y todas las legumbres y hortalizas.

Agaché la cabeza admitiendo que una cholita cochabambina sabe más de la economía popular que este periodista que pasó por el London School for Economics.

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