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Delegación de angelitos



© by Paulovich



La Paz - Bolivia, Martes, 15 de junio de 2010

Es difícil explicar en el exterior algunos episodios del acontecer boliviano, y es por ello que me vi en figurillas esta mañana cuando mi tía Resty me llamó desde Estocolmo, Suecia, pidiéndome que le proporcionara mayor información sobre lo que sucedió en Uncía, en los ayllus.

—Sobrino querido, hablas con tu tía Resty, tu tía cochala que vive en Estocolmo.

—¡Tía Restituta viuda de Batistuta! Creí que te habías muerto porque la otra noche escuché hablar bien de ti.

—¿Quién te habló bien de mí?

—Un marinero sueco que te había conocido en Estocolmo y tuvo negocios con tu empresa “Nabos escandinabos”.

—No recuerdo, sobrino, es que en materia de nabos tengo muy mala memoria. Te cuento que te llamo porque muchas amigas y amigos suecos han preguntado acerca de hechos horribles que habían sucedido en unos ayllus del norte de Potosí.

—Algo muy terrible, tía Restituta viuda de Batistuta, noble viuda de un guerrero: cuatro policías que fueron linchados por los comunarios y que se negaban a entregar sus cadáveres.

—¿Y qué hizo la Policía para sancionar ese crimen cometido con los propios policías?

—Nada, tía, porque los victimadores no permitieron el ingreso a la región a los policías ni a los fiscales declarando “zona roja” e imponiendo “la ley del silencio” a todos los comunarios para evitar el peso de la ley.

—¡Qué horrible crimen sin castigo, querido sobrino! ¿O sea que los autores de tales crímenes todavía no han sido detenidos, juzgados ni encarcelados?

—No todavía, tía Resty, pero ahora han decidido venir a La Paz para entrevistarse con las autoridades y conseguir que éstas los declaren intocables.

—¿Intocables..? Qué cosa más increíble y hermosa. Si yo hubiera sido intocable, otra hubiera sido mi vida, no me habría llamado Restituta, no habría salido nunca de Cochabamba como exiliada por propia voluntad, nunca habría venido a vivir en Suecia y jamás habría fundado mi empresa “Nabos Escandinabos”. Toda la vida soñé con ser una “intocable”, pero nunca pude conseguir ese título privilegiado.

—¡Pobre tía mía! Ahora podrían ser declarados “intocables” todos los comunarios de los ayllus potosinos. Al menos lo solicitarán así ante nuestras autoridades de Gobierno.

— Y qué dice la gente ante esa posible aberración? Tú deberías preguntarles a los senadores y diputados cómo pueden existir intocables en una sociedad civilizada.

—He preguntado a algunos ciudadanos y me han explicado que los originarios son todos unos angelitos y constituyen “la reserva moral de nuestro país”.

—Todo lo que me cuentas es muy triste para mí. Menos mal que vivo en Estocolmo, Suecia, donde los que delinquen no son intocables.

El fútbol nació en Tiwanaku



© by Paulovich



La Paz - Bolivia, Domingo, 13 de junio de 2010

Como podrán suponer mis lectores, el fútbol es el tema que domina en las conversaciones de la mayoría de nuestra población, pasando a segundo término la elevación del precio en los pasajes, la ley del bozal que reprime la libertad de expresión de los legisladores opositores, la ley sobre el Poder Electoral y otros asuntos muy importantes para la sociedad boliviana.

Tan importante es el fútbol en este momento que hasta nuestro presidente Evo ha viajado a Sudáfrica para participar en vivo y en erecto del Campeonato Mundial.

En crónicas anteriores traté de describirles el ambiente que reina en el salón principal del Naiclú Malena, donde intelectuales alteños, políticos de fuste, yatiris famosos y este periodista acompañado siempre de su comadre Macacha vivimos la fiesta mundial del fútbol gracias a un gigantesco y moderno televisor que nos permite ver a los futbolistas patear al balón y pasarlo a los mejores jugadores del mundo y percibir hasta el olor de sus sudores.

En los intervalos que se producen hablamos de cosas serias relacionadas con el fútbol, como “dónde nació este deporte que hoy apasiona al mundo entero”. Un intelectual alteño nos dijo que el football nació en Inglaterra, criterio admitido casi por todos, menos por el yatiri Titirico, quien anunció solemnemente que el fútbol nació en Tiwanaku ante el estupor de muchos de nosotros, el yatiri Titirico (pariente del gobernador de La Paz Óscar Cocarico) explicó a la selecta audiencia que la prueba principal de su teoría es la famosa Puerta del Sol que puede verse allí y que esta sería uno de los arcos o vallas, siendo nuestra obligación seguir excavando en Tiwanaku hasta encontrar la otra puerta.

Macacha me dijo en la oreja que el tal Titirico le parecía un gilipollas pero la hice callar para que el brujo aymara continuara exponiendo sus conocimientos o deducciones.

En efecto —dijo Titirico— los habitantes de Tiwanaku, allá por el año del wiru, cuatro mil años antes de Cristo, jugaban al fútbol con una pelota de barro cocido que en lengua ancestral se llamaba tturu–bola (pelota de barro) y que los conquistadores españoles se apoderaron de las tturubolas, las perfeccionaron y las condimentaron para convertirlas en lo que ahora conocemos por albóndigas.

Titirico, que en las páginas amarillas de la guía telefónica figura como sabio aymara, es uno de los inventores de la wiphala como bandera indígena, nos citó los nombres de algunos destacados cracks de Tiwanaku allá por el año 3215 del calendario aymara y cuyo año nuevo está muy cerca y será día festivo en todo Bolivia por decreto del señor Evo. Entre los mejores jugadores de la época tiwanacota mencionó a un tal Mamani que metía goles con el pecho, hubo otro crack llamado Huaranka, más conocido por la afición altiplánica como el Kullu a raíz del juego duro que desarrollaba. También mencionó el sabio indígena a un player que se llamaba Patana y a un crack de apellido Choque, seguramente antes del actual canciller Choquehuanca.

¡Cuidado con el Mundial!



© by Paulovich



La Paz - Bolivia, Sábado, 12 de junio de 2010

Como les conté ayer, mi comadre Macacha y yo seguimos el desarrollo del Campeonato Mundial de Fútbol inaugurado hace 24 horas en las elegantes instalaciones del naiclú “Malena” en la ciudad de El Alto junto a personajes que gobernaron esta ciudad y desvalijaron las arcas municipales cobrando por anticipado hasta el aguinaldo de Navidad, cerca también a las nuevas autoridades que esperan hacer lo mismo; junto también a ese extraordinario conjunto de mis amigos yatiris, algunos intelectuales llegados de Chuma, las artistas del varieté y clientes habituales repartidos en mesas instaladas alrededor del televisor gigante sensorrund que permite sentir hasta el olor sudorífico de los players.

Pues bien, mis orejas estereofónicas pudieron captar ayer una conversación que sostenían los yatiris Titirico y Calimán en una mesa cercana durante un descanso del espectáculo futbolístico. Titirico le decía a Calimán: “Sabes, hermanito, nuestro gobierno del MAS (Movimiento Al Socialismo) debería aprovechar de la euforia que produce el Mundial para adoptar medidas difíciles, pues en este momento y durante un mes todos viviremos embobados viendo correr a unos tipos en calzoncillos en pos de un cuerpo inflado...”.

Calimán respondió dándole la razón a su amigo brujo: “Tienes la razón, brother, por ejemplo, autorizar la elevación de pasajes en el transporte público después de un triunfo brasileño, el impacto sería menor porque mucha gente adora la camiseta amarilla y verde. ¿Por qué no le aconsejamos así a nuestro amado Choquy perdón, Choquehuanca?

Yo, mientras tanto, ojo al charqui y abriendo más mis orejas, atento a lo que decían los yatiris. Luego Calimán le dijo muy bajito a su colega: “Es en estos días del Mundial cuando nuestro amado Evo tiene que promulgar la Ley del nuevo Poder Electoral y designar a sus directivos en todo el país para que nunca más corramos el peligro de perder elecciones en algunas ciudades y regiones del país...”. Titirico le dio un beso en la frente a Calimán y agregó a la sugerencia de su colega: “Te juro hermanito que eres genial y yo creo que si nuestra Asamblea Legislativa aprueba, Maradona podría ser presidente de la Corte Electoral Boliviana si vence la Argentina, pero la Ley del Poder Electoral tiene que ser promulgada antes de que finalice el Mundial”.

Luego continuaron musitando sus palabras, pero tuve la oportunidad de escuchar desde mi mesa que ambos yatiris hablaron de la urgencia de promulgar la ley de organización judicial y otras leyes antes de la finalización del Campeonato Mundial de Fútbol.

Lo cierto es que mi esfuerzo auditivo para captar el secreteo de los mencionados yatiris me causó mucha sed, y así se lo dije a mi comadre Macacha, quien pidió una botella de singani que también invitaba a mis amigos yatiris que ignoraban mi conocimiento de sus secretos políticos que posiblemente sean revelados al pue blo en general en los próximos días, antes de que concluya el Campeonato Mundial de Fútbol.

Campeonato mundial de fútbol



© by Paulovich



La Paz - Bolivia, Viernes, 11 de junio de 2010

Hoy comienza en Sudáfrica el campeonato mundial de fútbol sin la presencia de Bolivia, lo cual no impedirá que gran parte de nuestra población se entusiasme por este torneo y viva sus alternativas olvidándose por un mes de sus problemas e infortunios. Como sabemos por su propio anuncio, no estarán nuestros futbolistas y sólo estará nuestro capitán, con su comitiva y su inseparable guardia de seguridad. Entre los primeros estarán algunos ministros y algún pariente cercano del Primer Futbolista de Bolivia.

Envidiosa de la suerte del presidente Evo, mi comadre Macacha me dijo: “No se ponga triste compadre por las injusticias de esta vida, porque nosotros veremos todos los partidos del Mundial en uno de los salones del naiclú Malena, donde han instalado un televisor de pantalla gigante con sonido sensorround donde podremos sentir hasta el olor de los futbolistas sudorosos”.

Precavidamente, mi comadre cochabambina puso ayer en su horno de barro una pierna de chanchito debidamente aderezada para alimentarnos hoy debidamente porque no sólo de fútbol vive el hombre, sino del sándwich de chola que lo alimenta. Cuando dije a Macacha que esa pierna era mucha pierna para mí, ella se rió jacarandosamente (como ríen las cholas prósperas) y me contestó: “Si esa pierna de chancho es demasiado grande para ti, haré más sándwiches de chola y los venderé a los que se antojen y de esa manera comeremos gratis”.

Como Macacha se había preocupado de la logística alimenticia que es parte del fútbol para los bolivianos cholos como nosotros, yo le obsequié una camiseta de fútbol anaranjada que llevará en el Mundial el equipo de Holanda y como Macacha tiene bastante pechonalidad, apenas le cupo en el cuerpo, alentándola para que la estrenara hoy con estas palabras: “Eres más guapa que una vaquilla holandesa de pura raza”.

Por ordenanza conyugal, yo vestí orgullosamente la camiseta roja que llevará la selección de España debido a que es la tierra de mis mayores y también de mis menores.

Así, bien provistos, llegamos a las instalaciones del naiclú Malena en la ciudad de El Alto para ser testigos oculares de la inauguración del campeonato mundial de fútbol. En las inmediaciones del local, un centenar de cholitas ya había instalado sus puestos para vender sándwiches de chola, anticuchos, chicharrones y otras delicadezas criollas y algo probamos para no desairarlas. Al llegar al naiclú Malena, mis amigos alteños y algunas autoridades, los yatiris y representantes de algunas juntas vecinales nos obligaron a dar una vuelta olímpica por el gran salón como hacen los futbolistas al ingresar en las canchas. Macacha se lució saludando a la hinchada como representante de Holanda, llegándome también algunos aplausos por llevar la camiseta de España.

Vimos el estadio de Johannesburgo para ver dónde estaba nuestro presidente Evo, pero no lo pudimos ver. En próximos días hablaremos del fútbol mundial.

Produciremos más coca



© by Paulovich



La Paz - Bolivia, Jueves, 10 de junio de 2010

Esperé con ansias locas el retorno de mis amigos yatiris de la zona chapareña donde asistieron a las deliberaciones del Décimo Congreso de las Seis Federaciones de Cocaleros, cuyo jefe máximo es y seguirá siendo el Presidente del Estado Plurinacional, Multicolor y Folclórico, ex República de Bolivia.

Mi ansiedad fue mayor porque también esperaba el retorno de mi comadre Macacha, quien afortunadamente posee dos catos de coca, uno a su nombre y otro al de su ex marido que falleció hace seis años y cuyo deceso no comunicó a los dirigentes sindicales del Chapare, por lo cual sus catos siguen produciendo.

Cuando me encontré con los mencionados en el Consultorio de Adivinación Política y Problemas Sentimentales se produjeron tiernas escenas propias de un reencuentro amistoso y mi inocente pregunta a los recién llegados: “¿Y cómo está el presidente Evo?, ¿hablaron con él?, ¿a qué dedica el tiempo libre...?”. Enterándome por ellos de que se encuentra bien, aunque le afectaron mucho los crímenes de los ayllus en Uncía y la pedrea contra la casa de su hermana Esther en Oruro.

Un poco aturdido por la emoción de verlos nuevamente, pregunté a mis amigos brujos si me habían traído un poquito de coca del Chapare, respondiéndome Calimán que no me habían traído ni una poquita porque toda la producción de hojas de coca del Chapare es utilizada en su “industrialización” en modernos laboratorios agroquímicos importados a Bolivia por capitalistas colombianos y de otros países amigos. Esa respuesta tan inteligente y sofisticada a la vez me conmovió.

Pregunté a Macacha por los catos que le fueron concedidos a ella y a su difunto esposo, respondiéndome que sus catos de coca seguían produciendo bien por sus inquilinos y que marcharían mejor si yo me decidiera a acompañarla a trabajar en el Chapare en vez de dedicarme a escribir en los periódicos.

Luego me contaron con muchas cifras y detalles acerca del enriquecimiento de los chapareños describiéndome algunos de los chalets que han comprado en Cochabamba y los vehículos de lujo que adquirieron en los últimos años, gracias —según los cocaleros— al apoyo que les brinda el máximo dirigente de los cocaleros del Chapare, Evo Morales.

Un cocalero les había dicho: “Gracias a nosotros es Presidente del Estado Plurinacional, y gracias a él tendremos mayores extensiones de tierra para cultivar la coca”. Al escuchar esa opinión, Titirico dijo: “Eso se llama amistad y el mismo Evo ha dicho que cuando deba dejar la silla presidencial retornará al Chapare, donde conserva unos catos de coca”.

Ante esas pinceladas que nos muestran que Bolivia es un país cocalero, no pude menos que dirigirme a mi comadre Macacha y decirle: “¿Me podrías alquilar a buen precio el cato que está a nombre de tu marido?”. Y ella, como buena cochabambina, me contestó: “Quizás, quizás, quizás”.

Año Nuevo Aymara



© by Paulovich



La Paz - Bolivia, Miércoles, 9 de junio de 2010

Con inmensa alegría me enteré de que la Ministra del Trabajo anunció que el próximo 21 de junio será feriado nacional con suspensión de actividades públicas y privadas por ser el Año Nuevo Aymara, acontecimiento que coincide con el solsticio de invierno.

Me fue difícil encontrar a mi comadre Macacha para comunicarle la regocijante noticia, pues su oficina de préstamos funciona en todos los mercados de La Paz y algunos de Oruro, Cochabamba y Santa Cruz, hasta que la hallé en el mercado de El Tejar apretando el cuello con un bufanda a una de sus clientes pobres que no le había cancelado aún los intereses en dólares correspondientes al pasado mes de abril.

La abracé con más fuerza de la que acostumbro y ella tuvo que decirme “me estás apechugando, compadre”, mientras yo le decía alborozado: “happy new year, comadre, que festejaremos el próximo lunes 21 de junio!!!”.

La cholita cochabambina quedó perpleja y me dijo: “Creo que estas tojpi compadre, porque para el año nuevo faltan más de seis meses. Nos fuimos caminando hasta un restaurante que según ella quedaba cerca de San Pedro y que tiene un nombre aymara Mank"a Siñani. En ese ambiente propicio le conté lo que sabía acerca del Año Nuevo Aymara que deberemos celebrarlo todos, hasta los cruceños, los benianos mojeños, los cochabambinos que descendemos de quechuas, los sobrevivientes de la Embajada de Estados Unidos y mis parientes que viven en España, Suecia y Alemania, incluidos el cardenal Terrazas y el Nuncio Apostólico de su Santidad porque se trata de un decreto suscrito por el presidente Evo y todos sus ministros, hasta el ministro ítalo-aymara Sacha Llorenti.

Mi comadre Macacha y yo, que no tenemos un pelo de aymaras, festejaremos el advenimiento del año nuevo aymara Nº 5.518, o sea tres mil quinientos años más que los crudos occidentales y cristianos.

Mientras saboreábamos algunos manjares aymaras como el cuasi extinguido “chalón china”, que es una merienda, un aptapi servido sobre un aguayo sin platos ni cubiertos, sirviendo con las manos trozos de chalona, papas y chuños cocidos, huevos duros con llajua, Macacha me preguntó inocentemente: “Qué habrán hecho los aymaras en 5.518 años que celebraremos con entusiasmo, éste y los próximos 21 de junio”.

Me atraganté con la chalona–china y casi me ahogo con el huevo duro, y cuando me alivié le dije: “No lo sé porque no hay una historia escrita acerca de la civilización aymara por la sencilla razón de que ellos nunca tuvieron escritura”.

No quisimos ingresar al terreno de la importancia de los aymaras hace más de cinco mil quinientos años, pero decidimos adherirnos a los festejos del Año Nuevo Aymara bailando el rock y el regeatón, bebiendo champaña francesa, whisky escocés, vinos de España, cerveza alemana y Gin inglés, aunque nos critiquen los nuevos adherentes a la civilización aymara.

No somos salvajes



© by Paulovich



La Paz - Bolivia, Martes, 8 de junio de 2010

Yo no quería conversar con mi tía Clothilde von Karajan Quiroga porque adiviné que ella me preguntaría mayores detalles e interpretaciones acerca del caso de los policías asesinados en los ayllus de Uncía, y me hice negar siete veces por mi imilla con la excusa de que me encontraba en el baño filosofando.

En la octava llamada telefónica, mi tía teutona-cochabambina le dijo a mi empleada doméstica: “Dile a mi sobrino Von Paulus Huanca que ya no siga filosofando tanto en el baño pogque podría convegtigse en el futbolista Kaká”... y tuve que acudir a sus reiteradas llamadas.

—Queguido sobrino, te he llamado muchas veces pogque la televisión eugopea se ha refeguido mucho en días pasados a Bolivia con motivo de los hechos acaecidos en los ayllus de Uncía, en el nogte Potosí. ¿Es vegdad que los bolivianos somos tan salvajes?

—No todos los bolivianos, tía Clothilde. Tú, por ejemplo, jamás cometerías tales atrocidades.

—Pego aquí en Beglín mis amistades alemanas me han cogtado el saludo y algunas me dicen al pasag: “India boliviana debes seg de la tribu de los kakachacas”, y me tuegcen la cara paga no saludagme, y eso que estuve casada con un Von Karajan”.

—No le hagas caso, querida tía, y recuérdales que tu apellido es Quiroga, de noble estirpe cochabambina.

—Cuenta, sobrino, ¿es vegdad que en Bolivia, nuestra amada tiega, los oguijinaguios tienen sus tribunales especiales que administran eso que ustedes llaman “justicia comunitaria”?

—Es verdad, tía Clothilde, pero también es verdad que sólo existe la justicia política, tramitada por fiscales y jueces que son designados por las autoridades estatales.

—¡Qué bagbaguidad, sobrino! Entonces, yo estaguía fregada en Bolivia pogque no soy oguiginaguia a pesag de que soy paguiente de media Cochabamba.

—Estás fregada, tía Clothilde, si vuelves a Bolivia, lo mejor que podrías hacer es volverte a casar con una autoridad. Yo tengo una lista de dirigentes del Movimiento Al Socialismo (MAS) que son solteros, casi llegando a solterones, que podrían casarse con una teutona-cochabambina como tú y que apellida Quiroga. En la lista que hice para ti hay por lo menos unos 50 masistas que quieren ascender socialmente. Así vivirías feliz en La Paz, Cochabamba, Santa Cruz y hasta en los ayllus de Uncía.

—Gracias, sobrino, por tus consejos, pero vivo feliz en Alemania, donde los ciudadanos respetan a los policías y éstos respetan a los ciudadanos. Mis amigas no me hablan por las últimas noticias en Bolivia, pego ya se les pasagá su enfado. Gracias pog tu lista de solteros masistas, pero creo que no me hagá falta pogque sigo creyendo que muchos bolivianos en las ciudades y en el campo siguen siendo salvajes a pesag de no vestig plumas y se compran autos chutos pagando con cocaína, como me han contando que pasó en los ayllus de Uncía y otros sitios.

Relaciones con los EEUU



© by Paulovich



La Paz - Bolivia, Sábado, 5 de junio de 2010

El canciller David Choquehuanca (Choqui para sus íntimos) recibió en audiencia formal al señor Arturo Valenzuela, secretario adjunto de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, con quien trató acerca del Acuerdo Marco Bolivia-Estados Unidos. Al enterarme del hecho, corrí al Ministerio de Relaciones Exteriores para tratar de entrevistarme con Choqui, pero una de sus secretarias me dijo que había llegado recién una partida de piedras de la Isla del Sol y que el Canciller se hallaba muy ocupado estudiándolas para luego clasificarlas en piedras machos y piedras hembras.

¿A quién recurrir para conocer el rumbo de nuestras relaciones diplomáticas con el mundo? Consulté con una Rosa de los Vientos y ella me indicó que me dirigiera a la ciudad de El Alto, donde viven y trabajan mis amigos yatiris Calimán y Titirico en su Consultorio de Adivinación Política y Sentimental al cual acuden muchos despistados en política y afligidos ciudadanos(a) con problemas de cuernos y desamor.

Luego de pagar por adelantado el precio de la consulta, fui recibido por los brujos andinos, quienes me preguntaron el motivo de mi consulta; cuando supieron que iba en busca de mayor información acerca de la entrevista Choquehuanca-Valenzuela me indicaron que esa consulta debería pagarla en dólares por tratarse de un asunto internacional, lo cual me vi obligado a hacer no sin antes murmurar entre dientes que eran unos embaucadores y además “choros”. El yatiri Calimán (a quien su chola trata de doctor) me comunicó que este asunto tan importante no sólo para Bolivia sino también para Estados Unidos era muy conocido por ellos, pues el canciller Choqui les solicitó su asesoría y que fueron ellos quienes le aconsejaron hacer primero un acuerdo marco entre ambas potencias sin tener que suscribir ningún compromiso y colocando al presidente Evo en posición off side, u ofsai, u orsai.

Me pareció inteligente y astuto el consejo de los yatiris, pidiéndoles que me explicaran las razones del off side, o posición fuera de juego, en que debería colocarse nuestro Presidente y regular futbolista, respondiéndome el yatiri Titirico: El presidente Evo no debe participar de este juego para continuar haciendo cabriolas antiimperialistas ante el mundo, gambeteando, como solemos decir los futbolistas, o como diría un tanguero en los versos de Mano a mano: Gambeteando la pobreza en la casa de pensión y despotricando contra el bacán que te acamala.

La explicación me pareció buena y la estrategia aconsejada por los yatiris me pareció inteligente.

De esta manera, mientras se crea y perfecciona el Acuerdo Marco, me parece que las relaciones con Estados Unidos a nivel de embajadores no serán muy prontas y Bolivia continuará en la órbita Cuba-Venezuela-Nicaragua-Irán, coqueteando con Rusia y China por ser mercados muy grandes.

Como salí contento del consultorio de los yatiris, me quisieron cobrar otra consulta adicional porque ella se realizó en idioma español y no en la lengua de los yatiris.

Señores cacachacas



© by Paulovich



La Paz - Bolivia, Viernes, 4 de junio de 2010

Tristemente impresionado por la desaparición trágica de cuatro miembros de la Policía boliviana victimados por originarios pertenecientes al municipio de Uncía, quise enviar esta carta a esos lejanos ayllus con el Defensor del Pueblo señor Villena o con los ministros Óscar Coca o Sacha Llorenti que viajaron a esa región, pero no pude encontrar a ninguno de los mencionados que ya retornaron a La Paz. Confío en que todavía pueda servir de algo.


Señores Cacachacas, Laimes, Jucumanis y Cachacas:

Espero que al recibir esta carta se encuentren bien de salud en compañía de sus papás, mamás, hijos, esposas y demás deudos. Yo, aquí bien en compañía de mi familia en la cual, felizmente, no hay ningún Policía por lo cual esta mi carta nunca podría ser calificada de “nepotista”.

El otro día me enteré casualmente en el mercado Rodríguez al cual acudo semanalmente en compañía de mi comadre Macacha que cuatro policías despistados se internaron por error en la pacífica y tranquila región donde viven los ayllus de ustedes, señores cacachacas, junto a los ayllus de los señores laimes, también avecindados con los señores jucumanis y los señores cachacas formando entre todos ustedes un conjunto pacífico, armonioso y tranquilo, salvo pequeños incidentes por cuestiones de linderos o de natural extravío de algún camélido que iba en pos de alguna llama joven y coqueta.

Después, Macacha me dijo que los rumores del extravío de cuatro policías en la zona de ustedes, señores cacachacas, habían ido creciendo por obra y arte de los chismosos periodistas que trabajan en la televisión, la radio y los periódicos pues se sabía que los cuatro policías desaparecidos habían fallecido. Yo le dije a mi comadre: “No hagas caso de esos rumores malignos y tampoco los propagues porque yo conozco a los señores cacachacas y a los señores de los ayllus vecinos y sé que son incapaces de cometer acciones malvadas y mucho menos contra los policías”.

Un día fue consultado sobre esa infortunada situación el vicepresidente García Linera y sus respuestas me devolvieron la tranquilidad cuando dijo que en la zona de Uncía existía una situación irregular y pronto se recobraría la paz y el orden.

Cuando llegó nuestro Presidente cósmico de uno de sus viajes ordenó a los ministros Coca y Llorenti que viajaran a la zona para hablar con ustedes, señores Cacachacas y para que les solicitaran con educación y buenas maneras la entrega de los cadáveres de los cuatro policías para que sus parientes tuvieran el consuelo de darles cristiana sepultura.

Los ministros mencionados, señores cacachacas, y el Defensor del Pueblo han retornado a La Paz sin conseguir su propósito y ustedes siguen siendo calumniados de cometer hechos malvados.

Para apoyar la acción gubernamental, les escribo esta carta, señores cacachacas, esperando que no les cause molestia por estar redactada en español y no en quechua, el dulce lenguaje que ustedes parlan.

Con el mayor respeto y consideraciones de Paulino Huanca.

Cristo saldrá a las calles



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La Paz - Bolivia, Jueves, 3 de junio de 2010

El titular de esta crónica parece sensacionalista para algunos lectores, pero millones de católicos en nuestro país me darán la razón al saber que hoy, que es la fiesta de Corpus Christi, la Sagrada Eucaristía recorrerá las calles de nuestras ciudades y pueblos en procesiones dispuestas por las autoridades de nuestra Iglesia Católica.

Mucho me costó meter en las entendederas de los yatiris Calimán y Titirico este milagro de la Eucaristía, cuando anoche me propusieron una partida de cacho en uno de los salones del “Malena” aprovechando el día feriado, invitación que rechacé diciéndoles con firmeza: “Lo siento mucho, pero mañana jueves (hoy) debo asistir a una manifestación católica encabezada por mi jefe, nuestro Señor Jesucristo, que recorrerá varias calles paceñas.

Los yatiris abrieron sus ojos desmesuradamente al creer que hablaban con un loco tojpirata, y Calimán me tocó la frente con sus manos cual si quisiera medir mi elevada temperatura, para luego decirme: “Estás loco, Paulino Huanca, porque tu jefe Jesucristo ya no asiste a manifestaciones callejeras hace más de dos mil años...”

Lo miré serenamente y dirigiéndome a los dos brujos andinos (que dicen asesorar al presidente Evo y a su canciller Choquehuanca), les dije: “Mi jefe Jesucristo ha muerto y ha resucitado, pero antes de morir, en la última cena dijo a sus apóstoles al repartirles el pan: Tomad y comed porque esto es mi cuerpo, y por esas palabras creemos en que Él se encuentra en la hostia consagrada, la que mañana (hoy) saldrá en procesión, que así llamamos los católicos a nuestras manifestaciones.

Los yatiris no me creyeron un pelo de todo lo que les dije, y mirándome burlonamente se llevaron el dedo índice a la sien para significar que yo estaba tojpirata, loco, califato y demente.

Aproveché la oportunidad para decirles que ellos sentían envidia de los cristianos que adoramos a un Dios vivo que lidera nuestras manifestaciones (procesiones) en el día del Corpus Christi y que alimenta nuestras almas con el pan de vida eterna que nos da en la Eucaristía, y que ellos no quieren aceptar ese milagro cotidiano porque la incredulidad se apoderó de gran parte de los hombres en este mundo materialista y ateo.

Nosotros los cristianos creemos en los milagros cotidianos, en el pan nuestro de cada día y en el pan eucarístico que nos llevará a la vida eterna.

Mientras los yatiris acariciaban una piedra hembra que representaba seguramente a la Pachamama, yo me separé de ellos lamentando su idolatría y me despedí para esperar la aurora de un día tan maravilloso como el Corpus Christi.

Hoy me verán en la procesión detrás de mi jefe y mi Dios, al que seguiré cantando como en mis años mozos: Yo te adoro, Hostia divina, yo te adoro, Hostia de amor...

Los ayllus son intocables



© by Paulovich



La Paz - Bolivia, Miércoles, 2 de junio de 2010

Por encontrarme muy ocupado durante la pasada semana, pues estuve dedicado al cumplimiento de mis deberes religiosos y folklóricos en la fiesta del Gran Poder, suspendí por varios días mis clases de tango a señoras y señoritas de la alta sociedad alteña y dejé de asistir al naiclú Malena, donde dialogo con sobresalientes ciudadanos alteños, seguidores fanáticos del alcalde masista, señor Patana, y con mis amigos yatiris, amén de las pobres chicas del estriptís.

Anoche retorné a mis actividades habituales y me enteré de que, debido al intenso frío invernal que castiga a El Alto, las chicas del elenco estable sólo se desnudarán hasta la mitad, o sea de la cintura para abajo, protegiendo el resto con gruesas chompas de lana.

Al ver a mis amigos yatiris Calimán y Titirico, les pregunté a quemarropa qué opinaban acerca del bullado caso de los ayllus de Uncía, donde los originarios del lugar lincharon a cuatro policías, quemaron sus cuerpos con gasolina y los enterraron en cerros de la vecindad, negándose a entregar esos restos a los parientes de las víctimas. No satisfechos con semejantes delitos, declararon a la región “zona roja” donde no podían entrar autoridades policiales ni judiciales, decretando para todos los habitantes “la ley del silencio”.

Esa relación espeluznante de los hechos no inmutó a los yatiris, diciéndome Titirico:

“Son hechos de violencia que ocurren en cualquier país y luego retorna la calma y todo vuelve a la normalidad”.
Al escuchar mi relato, las chicas que bailan en el Malena comenzaron a temblar, no sé si por el frío de la noche o por lo salvaje de los hechos, tranquilizándonos Calimán cuando nos dijo:
“Ya viajaron a esa zona los ministros Sacha Llorenti y Coca que tranquilizarán a la zona mencionada y aclararán las razones de tales hechos, aclarando que éstos no obedecen a determinaciones de la justicia comunitaria”.
Alguien preguntó si entre la concurrencia había algún experto en justicia comunitaria y si alguien conocía algún código en aymara o en quechua con principios y leyes que normen el funcionamiento de los tribunales comunitarios, pero por desgracia nadie conocía nada porque no estábamos en ningún territorio de letrados o de kelkeris, sino en un naiclú alteño.

Un simpatizante del alcalde Patana nos dijo que él no sabía nada de justicia comunitaria, pero que una noche sus vecinos le llamaron porque habían pillado a un delincuente que robaba garrafas y televisión y que era necesario sancionarlo para escarmiento de los demás. Contó que lo capturaron, lo pegaron entre todos, lo mataron y lo quemaron. Y que los vecinos le dijeron que eso era la justicia comunitaria.

Decidimos solicitar a los sabios originarios, que ahora hay muchos, nos expliquen los principios de esa justicia. Mientras tanto esperaremos las noticias acerca de los 007, los ministros Coca y Sacha Llorenti, a quienes el presidente Evo mandó a los cerros de Uncía donde fueron muertos cuatro policías.

La democracia en Quillacollo



© by Paulovich



La Paz - Bolivia, Martes, 1 de junio de 2010

Cumplida mi promesa del Gran Poder, de bailar en su honor en la Entrada del último sábado, y cuando me aprestaba a continuar con los festejos para “curar el cuerpo”, mi comadre Macacha me dijo con la autoridad que inviste su hegemonía económica:

“Ya no más chicha, ya no más cholas, pues te ha llamado urgentemente a Cochabamba tu amigo don Aristóteles Giorgiadis Quiroga porque hay líos en Quillacollo donde peligra la democracia cochabambina”.
Ante un anuncio tan serio, nos dirigimos al aeropuerto para embarcarnos en un avión de AeroSur rumbo a la capital del valle donde se hallaba reunida de emergencia la Academia Pericles integrada por pensadores greco-cochabambinos bajo la dirección de mi mencionado amigo y colega.

Allí me enteré de los graves sucesos acaecidos en Quillacollo, sede de la Virgen de Urkupiña y recientemente proclamada “la capital del chicharrón cochabambino”, títulos que dan realce mundial, pues hay devotos de la Mamita de Urkupiña repartidos por todo el mundo, quienes al mismo tiempo son fanáticos consumidores de esa delicateze quillacolleña.

En la Academia Pericles de Cochabamba fui informado por su Presidente que el doctor Héctor Cartagena había triunfado en las elecciones del 4 de abril y debería ser posesionado como alcalde de Quillacollo el domingo pasado, como sucedió en todos los municipios del país. Sin embargo, los derrotados, que pertenecen casualmente al Movimiento Al Socialismo, no aceptaron el resultado electoral y comenzaron una guerra contra el doctor Cartagena para no ser desplazados de esa Alcaldía después de cinco años de manejos irregulares, según dijeron sus adversarios. Lo cierto es que el doctor Cartagena fue afectado por la campaña y sufrió una lesión coronaria que requirió de su internación en una clínica.

El día domingo fue traslado en una ambulancia ante la autoridad judicial para ser posesionado como Alcalde de Quillacollo, mientras sus partidarios y también sus adversarios confundían a la milagrosa Virgen de Urkupiña con plegarias contrapuestas y cruzaban miradas chuecas de bronca cuando se encontraban en algunas chicharronerías famosas del lugar. La autoridad judicial tomó el juramento de ley de Alcalde electo de Quillacollo, doctor Héctor Cartagena, quien asistió al acto sentado en una silla de ruedas o, como diría un cochabambino malo (que también los hay), “calzando aro 14”.

El nuevo Alcalde duró en su mandato dos horas, pues antes de estrenar su despacho de burgomaestre fue suspendido de sus funciones por concejales masistas, y la señora Carla Lorena Pinto, de filiación masista, fue designada alcaldesa interina.

Ésos son los hechos conocidos en la Academia Pericles, presidida por el pensador greco-cochabambino Aristóteles Giorgiadis Quiroga, quien sorprendido por estos atropellos me dijo en la oreja: “La democracia aristotélica, y anteriormente platónica, aún no ha sido comprendida en Quillacollo y deberíamos consultar con Minerva acerca de los efectos peligrosos de la chicha y el chicharrón”.

Juramentos plurinacionales



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La Paz - Bolivia, Domingo, 30 de mayo de 2010

Antes de que mi comadre Macacha me llevara ante la imagen de Jesús del Gran Poder para hacerme jurar solemnemente que le pagaría el préstamo en dólares que me hizo para divertirnos sanamente bailando en la mayor fiesta folclórica de La Paz, y los gobernadores, alcaldes y otras autoridades elegidas por el voto del pueblo debatían ante quién deberían jurar, qué cosa deberían jurar y si deberían jurar levantando la mano o levantando un pie.

Recuerdo que ese asunto tan importante fue debatido hace muchas noches en el naiclú “Malena" en una sesión que contó con la presencia de importantes ciudadanos alteños, las nenas del elenco estable y algunos profesores que estábamos en huelga, entre ellos yo, que me adherí a su paro suspendiendo mis clases de tango, y mis amigos yatiris que se hallaban deprimidos por los papelones que hizo el presidente Evo en Europa.

El debate sobre el juramento de las autoridades recién elegidas comenzó cuando alguien preguntó cómo debería jurar el nuevo Alcalde de El Alto, señor Patana, respondiendo mi comadre Macacha que, sin ofender, debería jurar levantando una pata.

Los amigos del señor Patana se indignaron por esa proposición y comenzaron a dar patadas a los adversarios del nuevo burgomaestre alteño, hasta que el gerente-propietario del “Malena" nos cortó la luz y muchos clientes se abalanzaron sobre las chicas del varieté tratando de hacerles jurar amor eterno y en forma gratuita. Restablecido el orden, continuó el debate y uno de los yatiris habitúes del local protestó contra mi comadre y aseguró que sólo los perritos juran con la pata en alto y que los humanos plurinacionales votamos levantando la mano. Otra discusión para dilucidar si debería ser levantando la mano derecha o izquierda. Cuando fui consultado, yo dije que mi mano derecha es la diestra y que la zurda es la siniestra, y que, por lo tanto, siempre juraré con mi derecha.

Luego ingresamos a charlar sobre un tema muy importante en un país plurinacional y folclórico, y se refiere al idioma en los juramentos. Un preclaro alteño opinó que no estaría bien que el Presidente del Estado pluri y folc invite a jurar a los gobernadores de Santa Cruz, Beni y Tarija utilizando una lengua aborigen ininteligible para las mencionadas autoridades, quienes, además, desconocen a la Pachamama como su diosa. Todos reconocieron que eso sería injusto porque los mencionados podrían estar jurando que dejarán sus cargos voluntariamente cuando se los pidiera el Presidente Cósmico. Se acordó dirigir una carta al ministro Sacha Llorenti para evitar semejante aberración.

¿Y cómo deberán jurar las autoridades en lo que respecta a su creencia? Ilustres alteños opinaron que debería respetarse las creencias religiosas de los gobernadores. Los católicos con una mano sobre la Biblia católica y besar la señal de la Cruz. Los oficialistas jurar por Marx, Lenin, Túpac Katari y García Linera con la mano izquierda empuñada para luego besar a una piedra hembra que sería la Pachamama.

Lo importante de un juramento es que éste se cumpla. Lo demás son mamadas de uno u otro lado.

El baile salvará a Bolivia



© by Paulovich



La Paz - Bolivia, Sábado, 29 de mayo de 2010

Ya sé que el titular de esta crónica es un disparate y que no resiste el menor análisis de las personas estudiosas e inteligentes, pero tampoco está muy alejado de la verdad si consideramos que gran parte de nuestro calendario laboral transcurre en medio de manifestaciones bailables como los carnavales, la fiesta del Gran Poder, la Santísima Trinidad, las efemérides departamentales, la fiesta de la Virgen de Urkupiña, de la mamita de Cotoca, de la Virgen de Guadalupe y la mamita de Chaguaya, la fiesta de Chutillos y las múltiples celebraciones en honor a Santiago Apóstol. Ello nos induciría a decir que Bolivia la hacemos bailando, aunque nadie sabe dónde iremos a parar si seguimos bailando.

Todas esas cosas las dije a mi comadre Macacha mientras ella trataba de vestirme con mi disfraz de “moreno” en la secretaría de mi fraternidad Los negritos lindos de Potopoto”, en la que bailo desde hace varias décadas en ese universo imaginativo de entidades, personas y parientes que he fabricado para mí y en el que vivo feliz, siempre acompañado, aunque siempre solo.

Macacha me preguntó si en verdad yo sostenía que el baile salvará a Bolivia, explicándole que no es una verdad absoluta, sino una verdad parcial que sale a relucir en estos últimos meses tan conflictivos para muchos sectores del país, conflictos dolorosos que no han sido solucionados totalmente pero que desaparecen milagrosamente ante la llegada de una fiesta como la de Jesús del Gran Poder. Macacha, quien por ser cochabambina es inteligente, me dijo:

“La aparente desaparición de esos conflictos y problemas es parte de los milagros que realiza nuestro Jesús del Gran Poder...”.
Sus palabras me llevaron a decirle:
“Hay un milagro evidente porque la gente angustiada ante la verdadera situación de nuestro país y crispada por las imposiciones autoritarias disfrazadas con ropajes de legalidad ve que llega Jesús del Gran Poder y se lanza a bailar por las calles de La Paz abrazada a su pareja y brindando con poco o mucho alcohol que tiene alguna propiedad de ‘quitapenas’”.
Mucho estaba demorando mi comadre Macacha en vestirme con el traje de bailarín moreno y por fin concluyó con la tarea que ella se había impuesto. Los dos nos miramos en el espejo y sonreímos complacidos, más ella que yo, pues la cochabambina lucía guapa vestida de “china morena” con su blusa de escote generoso y su pollerín que sólo medía 27 centímetros de largo; al verla así vestida me sentí más joven, o mejor dicho, menos viejo, y sacando pecho y enderezando mi figura, arrojé al aire mi bastón y ambos salimos bailando con nuestro conjunto folklórico, mientras yo le decía en la oreja:
“Bailemos con la pequeña idea de que ‘el baile salvará a Bolivia’ y si no la salva, por lo menos vamos bailando en vez de marchar peleando los unos contra los otros”.

Ley corta para la fiesta



© by Paulovich



La Paz - Bolivia, Viernes, 28 de mayo de 2010

Anoche estuve en la ciudad de El Alto, adonde acudí para despedirme por tiempo indefinido de mis alumnas tangueras, de mis amigos yatiris y de los clientes habituales del naiclú Malena, y también de las heroínas del estriptís porque a partir de mañana estaré entregado totalmente al cumplimiento de mis deberes religiosos y folklóricos en la fiesta del Gran Poder.

Muchos envidiaron mi suerte y acudirán a la Entrada del Gran Poder para vernos bailar desde las graderías o apostados en las calles; les agradecí la solidaridad, pero les demostré con números que en la fiesta no baila cualquier pobre diablo sino las personas con un respaldo económico como yo, que cuento con la ayuda financiera de mis parientes mujeres y de mi comadre Macacha. Entre los envidiosos que no podrán bailar a partir de mañana estuvieron mis amigos yatiris Titirico y Calimán, a quienes escuché decir entre dientes: “Mujer que no te da plata trae mala suerte”, repitiendo una máxima mía que me ayudó mucho en la vida, pero no les hice caso.

Haciéndose los moralistas, los yatiris criticaron a todos los bailarines del Gran Poder porque —según ellos— gastamos mucho dinero con el pretexto de que bailamos en honor de Jesús para pedirle milagros económicos en vez de donar nuestra plata a los “movimientos sociales” que luchan por el cambio liderado por su jefe, el presidente Evo. Al escuchar semejante barbaridad nos reímos todos y una chica del elenco estable les dijo a los brujos andinos que estaban hablando yemadas.

Los yatiris quedaron unos instantes callarus, pero Calimán contó que ellos habían sugerido a algunos de nuestros gobernantes que el presidente Evo debería dictar una ley corta, como las que están de moda para “jodernos” (así lo dijo) a los bailarines que creemos en Jesús del Gran Poder y que gastamos tanta plata para honrarlo en su festividad.

Alarmado, le pregunté al yatiri en qué consistiría ese proyecto de ley corta que propusieron los yatiris, explicando Titirico que el texto de las leyes no se publica por anticipado sino después de haber sido aprobado, pero que la ley contaría con pocos artículos, siendo su espíritu registrar individualmente a todos los bailarines, investigar cuánto gastaron en disfraces, cuánto pusieron por cabeza para pagar a la banda de música que los acompañó; cuantificar el gasto personal de los bailarines en cerveza, pisco, ron, whisky y otras bebidas alcohólicas, calcular el gasto en comidas durante toda la festividad y también investigar los gastos económico-sexuales y si éstos fueron a parar a sus parejas de baile o a pelanduscas extrañas a la fiesta.

Semejante disparate nos produjo risa y alguien, que no fui yo, dijo a la concurrencia del Malena: “La fiesta del Gran Poder es la auténtica fiesta del cholerío paceño y boliviano, de aquellos que trabajamos y producimos en áreas muy diversas gracias a nuestro esfuerzo bendecido por Jesús del Gran Poder; quien quiera meterse contra esta fiesta estará perdido”. Los yatiris callaron.

 
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