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Fue toda una mujer



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La Paz - Bolivia, Martes, 16 de marzo de 2010

Parafraseando al maestro Unamuno que alguna vez dijo al referirse a uno de sus personajes: “Fue nada menos que todo un hombre”, hoy digo que Julia Urquidi, la famosa tía Julia del escritor Mario Vargas Llosa, “fue nada menos que toda una mujer”.

La noticia de su muerte fue conocida antes en Berlín que en El Alto, ciudad en la que vivo mis noches rodeado de yatiris, aprendices de brujos y aspirantes a cargos públicos de importancia política y económica, además de pelanduscas que sueñan con ser estrellas del varieté. Fue allí donde me encontró la llamada de mi tía cochabambina que vive en la capital alemana.

—Sobrino von Paulus, hablas con tu tía Clothilde von Karajan Quiroga que te llama desde Beglín.

—Tía Von Karajan Quiroga, aquí me tienes en El Alto, triste sin conocer el motivo.

—Yo te dagué la razón: estás triste pogque segugamente fue a despedigse de ti la tía Julia que muguió en Santa Cruz, como acaba de infogmag la televisión eugopea.

—¡Qué dolor más grande acabas de causarme con esa noticia!

—Ya lo sé sobrino, pogque alguna vez me contaste que trabajó a tu lado en el breve tiempo que fuiste Alcalde de La Paz.

—Así fue, querida tía Clotilde.

—Dicen los noticiegos eugopeos que fue la primega y la gran esposa del escritog peguano-español Maguio Vaggas Llosa.

—Claro, tía Clotilde, y Julia lo conoció en Lima, cuando el futuro escritor sólo tenía 18 años y comenzaba a estudiar Derecho en la Universidad de San Marcos; entonces llegó la tía Julia a su casa y el joven Vargas Llosa se enamoró de ella y decidieron casarse, siendo ella varios años mayor que el mozo peruano que había vivido algunos años en Cochabamba cuando él era niño.

—¡Qué emocionante, sobrino, es una vegdadega novela de amog la que me cuentas, continúa pog favog.

—Entonces, la familia de Mario se opuso a esos amores, pero ellos decidieron casarse y continuaron su romance.

—¿Y qué pasó, sobrino Von Paulus?

—Una pariente del joven le dijo a la tía Julia: “Cómo te vas a casar con Mario si tú eres mayor que él; sólo serías feliz unos dos años y luego él te abandonaría”.

—¿Y qué le contestó la tía Julia a esa paguiente metiche?

—Julia dijo: “¡Qué maravilla ser feliz dos años con Mario! ¿Quién no quisiera ser feliz con dos años asegurados?”.

—Ésa es una mujeg. ¿Y se casagón?

—Se casaron y se marcharon a París donde fueron felices no sólo dos años sino cuatro o cinco, durante los cuales Julia trabajó para que Mario concluyera sus estudios de abogado. Después, el escritor peruano se casó con una sobrina suya que llegó a visitar a la pareja.

—¡Qué emocionante lo que me cuentas, sobrino! ¡Guealmente me paguece que la tía Julia fue una gran mujeg! Lloga su muegte y yo también la llogagué.

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