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Comparsa “Los honoratos”



© by Paulovich



La Paz - Bolivia, Domingo, 7 de febrero de 2010

Gracias a una indiscreción de mis amigos yatiris, me enteré la otra noche de la organización de una comparsa carnavalera con los honorables más alegres y entusiastas de la Asamblea Legislativa Plurinacional, Multicolor y Folclórica. Es por ello que cuando les encontré cuchicheando en el naiclú Malena de la ciudad de El Alto les dije a bocaijarro y sin anestesia: ¡Lo sé todo! Viéndose obligados a revelarme el secreto carnavalero que ocultaban celosamente.

Fue así como conseguí una autorización para ingresar libremente en el Palacio Legislativo donde pude recorrer todas sus dependencias con excepción de la oficina destinada a la Comisión Senatorial de Defensa, Fuerzas Armadas, Policía y Seguridad Pública, donde nadie puede entrar, ni siquiera las pulgas, porque en el seno de esa comisión (no sé si el izquierdo o derecho) se cocinarán asuntos importantes, como podría ser una declaratoria de guerra contra el Imperio Norteamericano.

Preguntando a conserjes, secretarias recién contratadas y mensajeros provincianos, pude conocer algo de la Comparsa Carnavalera “Los honoratos” formada por los asambleístas más alegres que decidieron trabajar bailando en Carnaval y así poder cobrar su sueldo recién aprobado de 900 y pico de pesos bolivianos por sesión.

Pregunté a un ujier la razón del nombre “Los honoratos”, explicándome ese respetable servidor público:

“Como la comparsa está formada exclusivamente por honorables, ellos decidieron bautizarse como “Los honoratos”, que es un nombre derivado de los términos honor y honorables”.
Esa explicación tan seria fue caricaturizada por un mensajero que pasó cantando una copla hualaycha apropiada para el carnaval y cuya letra decía: Don Honorato, to-to-tó, levantó la pata ta-ta-tá y con disimulo lo-lo-ló se tiró un cuesco, co-co-có, que seguramente será uno de los hits del Carnaval 2010.

Hablé con uno de los honoratos, quien me dio buenas noticias acerca de la actividad cumplida por la Asamblea, comenzando por la designación de Ana María Romero de Campero como Presidenta de la Cámara de Senadores y de Héctor Arce, presidente de los Diputados. De paso lamentó la enfermedad de la primera que no le permitirá bailar en carnavales con los honoratos y tal vez la exima de tratar importantes leyes que vienen del Poder Ejecutivo, cuando lo normal es que las leyes se produzcan en el Poder Legislativo para que sean aprobadas por el Ejecutivo.

En esta banda y en la otra banda, la alegría es la que manda, palomitay es lo que cantaba una joven y simpática secretaria de los senadores quien fue designada “figura” de la comparsa “Los honoratos” y me dijo al pasar que la comparsa se regirá por el Reglamento de Debates aprobado recientemente, o sea que todo se resolverá en la comparsa por votación, los que están de acuerdo con la ley del trago corto que levanten las manos y los que prefieren la ley del trago largo que se jodan. En esta banda y en Cochabamba la alegría es la que manda, palomitay ¡Viva la comparsa de Los Honoratos!, ¡que viva!

2 comentarios:

  1. La ocurrencia del buen humor sano lleno de la critica sutil sin llegar a la ofensa una caracterìstica que siempre te acompaña querido Paulovich

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  2. Quien pudiera transcribir con tan sano humor las cotidianas vivencias, como las hace el Sr. Paulovich.
    Hace 20 años que estoy en el pais natal de su tan mencionada esposa (España) y ¡¡¡como añoro las fiestas de carnaval!!!
    Aquellas fiestas de disfraces que nos servian para olvidar las penas y disfrutar de los bailes modernos.
    Pocas veces he asistido a Oruro pero aún así en La Paz disfrutábamos del agua, los globos que los muchachos nos explotaban en las blusas para llamar nuestra atención.
    La bebida por entonces no era el centro de nuestro entretenimiento (era muy jovencita) pero las fiestas... esas si que eran fiestas.
    Gracias Sr. Paulovich por mantener mi memoria intacta y revivir mi juventud con tan buen humor.

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