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La Virgen del Carmen “revolucionaria”

PAULOVICH © 2009 by Paulovich

Como ustedes saben, los revolucionarios del 16 de julio de 1809 utilizaron a la Procesión de la Virgen del Carmen como la ocasión más propicia para detener a las autoridades civiles, militares y religiosas que representaban a la Corona Española en la ciudad de La Paz y establecer la Junta Tuitiva de Gobierno jefaturizada por don Pedro Domingo Murillo.

Nuevamente fui llamado al despacho del Director del Periódico y acudí temblando ante la posibilidad de ser despedido y tener que vivir y alimentar a mi mujer y mis guaguachas vendiendo ropa usada en La Paz y Cochabamba. El Director me dijo: “Usted que siempre anda por los templos rezando triduos, novenas y rosarios, y además pertenece a la Asociación Boliviana de Acólitos y Monaguillos Tililí Campanillitay, entreviste a la Virgen del Carmen y consiga sus declaraciones acerca de su participación en el golpe revolucionario del 16 de Julio de 1809”.

Como tengo en mi escritorio una mesa llena de imágenes religiosas entre las que se halla la Virgen del Carmen, la Virgen de Urkupiña, la Virgen de Copacabana, la Virgen de Cotoca y otras junto a las imágenes de San Antonio, San Ignacio de Loyola, el beato José María Escrivá de Balaguer, en una especie de oratorio surtido, me fui allí para hablar con la Virgen del Carmen y pedirle que me contara su participación en la revolución paceña.

Cuando me acerqué a la bendita imagen, una voz enérgica de mujer me dijo: “¡A discreción, atención, Firme! ¡Recuerde usted que está hablando con la Virgen del Carmen, Generala y Patrona de las Fuerzas Armadas de la Nación!”. Me cuadré militarmente, como correspondía, y me puse a hablar como lo hacen los conscriptos cuando se encuentran con una autoridad militar de superior jerarquía.

Le expuse farfullando mi petición de que fuera ella quien me relatara su participación en el golpe revolucionario murillano, la Virgen del Carmen me dijo: “Yo no participé en la confabulación de los revolucionarios paceños y fui la más sorprendida al verlos actuar con arcabuces y pistolones para reducir y capturar a las principales autoridades de la Corona en La Paz y también al Ilustrísimo Obispo de La Paz”.

Le pregunté a Carmelita si sentía simpatías por los revolucionarios y ella me dijo: “Nada de llamarme Carmelita ni Carmencita, soy la Virgen del Carmen, ascendida a Generala por la FFAA, pero debo decirte, Paulitoy, que sentí simpatía por los revolucionarios de julio de 1809 y es por ello que no le pedí a mi hijo Jesucristo que los patriotas fueran paralizados y derrotados”.

Como ella me dijo Paulitoy, sentí que me había reconocido como su fiel devoto desde que yo era niño, y le dije: “Gracias, Carmelita, por tratarme de Paulitoy, pero quisiera que me digas por qué no los conviertes a los actuales jefes del Alto Mando Militar, siendo tú Patrona y Generala de las Fuerzas Armadas”.

Esta vez la Virgen del Carmen retomó su mando y con voz muy enérgica me dijo: “¡La entrevista terminó y preséntese ante su esposa para que le anote cien domingos de arresto!”.

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