La Noticia de Perfil™ •

La plata está “escaso”



© by Paulovich



La Paz - Bolivia, sábado, 31 de julio de 2010

Con puntualidad británica, mi comadre cochabambina Macacha se presentó en mi casa esta mañana a las 9 en punto para cobrarme los intereses mensuales por el préstamo en dólares que me hizo en febrero de este año para que los dos fuéramos a bailar en el Carnaval de Oruro. Fastidiado por tal puntualidad, quise distraer su propósito usurero recordándole lo mucho que ella se había divertido en la capital folclórica de Bolivia y la cantidad de comida y bebida que habíamos ingerido, pero ella hizo a un lado mi argumentación y me dijo, seria: “Debe usted saber, compadre, que la vida está duro y fatigoso, y la plata está escaso y no hay plazo que no se cumpla ni deuda que no se pague”.

Como en materia económica la chola es la reina, bajé la cabeza y exprimiendo mis neuronas, le dije humildemente: “Es verdad lo que usted dice, comadrita guapa y sabia, pero le ruego tener en cuenta que ni las empresas más serias pagan sueldos al finalizar el mes y que las remesas que me envía mi esposa desde España cada vez son menores y espaciadas, por lo cual le ruego ser más comprensiva y esperarme unos días para abonarle los intereses por su préstamo”.

“En primer lugar, compadre —dijo Macacha— no me venga con piropos diciéndome que soy guapa y sabia, que los podría dejar para otras horas del día o de la noche y en otros escenarios más aptos para el caso, como el naiclú “Malena”, pero aquí estamos en su casa, en su escritorio, donde quiero comunicarle que la inflación ya ha comenzado, aunque el Gobierno hace todo lo posible para minimizar el hecho y controlarlo”.
Al escuchar la palabra “inflación” sentí un temblor convulsivo en mis rodillas que luego subió hasta mi barriga pasando por mis dirindongos, que se convirtieron en castañuelas que empezaron a repiquetear sin que nadie toque, y que al llegar a mi cerebro me hicieron recordar la inflación que sufrimos durante el Gobierno de la UDP.

Mi comadre, que aprendió Economía en los mercados Calatayud y Rodríguez, en La Cancha, en la Uyustus y en la Eloy Salmón, me dijo:

“Todos los precios están subiendo, compadre, desde los productos agrícolas, que se elevan por las sequías y los fríos polares, hasta los televisores de última generación pasando por los refrigeradores y las licuadoras, sin olvidarnos de la ropa en general y hasta los cosméticos que usamos las mujeres, seamos señoras de vestido o de pollera”.
Esta versión del mercado descrita por mi comadre Macacha me indujo a prometerle que en los próximos días le abonaría los intereses por su préstamo y que también le pagaría el capital, porque no me gusta deber a nadie, salvo algunas veces que uno se ve obligado a solicitar préstamos no para trabajar ni hacer negocios, sino para ir a bailar con cholas guapas y serias en el Carnaval de Oruro, o en la Entrada de Gran Poder, o en la fiesta de la Virgen de Urkupiña. No olviden mis lectores:
“La vida es duro y fatigoso y la plata está escaso, y el Banco Central se alista a imprimir billetes con motivos indígenas sacando al gran Tamayo por ser gringo”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

 
___________________________________________________________________
Copyright © 2006 – 2011 by Alfonso Prudencio Claure