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No pidamos milagros imposibles


ALFONSO PRUDENCIO CLAURE Paulovich
© LOS TIEMPOS / Cochabamba, Bolivia
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© by Paulovich



La Paz - Bolivia, viernes, 17 de junio de 2011

Tengo muchísima fe en el Señor del Gran Poder, pues todo lo que he pedido a lo largo de los 20 años que he bailado en su honor me ha concedido, pero creo que sus fieles bailarines tienen que ser razonables a la hora de pedirle milagros excesivos como los que le pedirá mi comadre Macacha, como ella acaba de revelarme en una conversación privada que sostuvimos.

Mientras nos probábamos los trajes que luciremos mañana en la gran fiesta, ella me dijo espontáneamente: “Le cuento, compadre, que le pediré a nuestro Jesusito del Gran Poder que me haga desaparecer unos rollos de grasa que me han aparecido en la barriga, pues a ninguna señora joven como yo nos gustan estos “michelines”. Ese afán de convertir a Jesusito en disolvente de grasas femeninas me pareció irrespetuoso y así se lo dije a mi comadre cochabambina, sugiriéndole que disminuyera su dosis de chicharrones, jak'a laguas y fricasés, a lo que me respondió: “Eso nunca lo haré, compadre, porque esos manjares hacen de mi una chola feliz”.

Ya que ella comenzó a revelarme sus gorduras en la que yo nunca había reparado, le pregunté qué otros milagros le pediría a Jesusito del Gran Poder, como le llama confianzudamente. Olvidándose de sus rollos, me confesó que también le pedirá el milagro, recuperar nuestra salida al mar con soberanía y sin compensaciones territoriales a Chile.

“No pues, comadre,—le dije— en esos asuntos no se mete Jesusito del Gran Poder, y nuestro presidente Evo llevará ese litigio al Tribunal de La Haya, él nunca pensó en el Tribunal de Dios, porque sólo cree en la Pachamama”. Sin embargo, mi pariente espiritual insistió en pedirle ese milagro y me dijo: “No se meta usted, compadre, con mis creencias divinas”.
Ella continuó probándose las otras prendas que lucirá mañana por las calles de Chijini y las del centro de La Paz, y me pidió que cerrara los ojos por unos minutos, orden que obedecí, para no ver otras adiposidades en el cuerpo de la potente cochabambina.

Cuando abrí mis ojos, le pregunté por otros milagros que le pedirá a Jesús del Gran Poder, en cuyo honor bailará 20 días. Tratando de recordar su lista de milagros, me reveló que pedirá a Jesusito del Gran Poder que haga el milagro de que en este año nuestro vicepresidente Álvaro García Linera se case en vez de estar urdiendo maniobras para conducir a Bolivia al socialismo, gobernado por un inca, o sea “El Socialismo del Siglo XV”.

Al saber que mi comadre ocupará una oreja del Señor del Gran Poder para pedirle el milagro matrimonial de nuestro Vicepresidente, no pude menos que decirle que el Señor no está especializado en milagros matrimoniales y que para ello está el bendito San Antonio, cuya fiesta fue el 13 de junio. La buena intención de mi comadre Macacha persistió y ella me aseguró que su Jesusito escuchará su plegaria.

Al no figurar yo en las oraciones de Macacha, me entristecí y le pregunté si ella no pedirá a su Jesusito un milagro para su compadre periodista, y ella me respondió: “Le pediré a Jesusito que haga un milagro económico para usted , compadre, para que pueda devolverme toda la plata que le presté, más los intereses”.

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