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Estado del Estado Plurinacional



© by Paulovich



La Paz - Bolivia, viernes, 15 de octubre de 2010

Mi tía cochabambina Doña Restituta viuda de Batistuta (noble viuda de un guerrero) vive —como algunos saben— en un país exótico que se llama Suecia, en cuya capital, Estocolmo, dirige una empresa privada de gran éxito que funciona bajo la razón social de Nabos Escandinavos; ella se había marchado al lejano país porque en Cochabamba nadie creía en su virtud debido al extraño nombre con que la habían bautizado. De cuando en cuando me llama por teléfono y me envía unas coronas suecas que le proporcionan su negocio de nabos.

—Hola, quisiera hablar con mi sobrino que antes se llamaba Paulovich y ahora se llama Paulino Huanca para que el fiscal Soza no piense que es un croata.

—He reconocido tu voz por el tufo, ¿por qué estás tan atufada, querida tía Restituta…?

—Llámame tía Resty para abreviar porque la terminación de mi nombre trae malos pensamientos.

—Está bien, tía Resty, ¿cómo anda tu negocio de nabos?

—Mejor que nunca, sobrino, porque ahora tenemos un Gobierno derechista después de muchos años de socialismo, un socialismo inteligente y no como el venezolano. Cuéntame cómo está nuestro país.

—El Estado Plurinacional, Multicolor y Folclórico (antes República de Bolivia) es una taza de leche, pero de leche hervida.

—No te entiendo, sobrino, quisiera que me explicaras mejor porque hace muchos años que vivo en Estocolmo.

—Trataré, tía Resty. Acabo de volver de Yungas, donde los cocaleros paceños hemos bloqueado los caminos hace tres días y nadie puede entrar ni salir de los Yungas porque el Gobierno quiso imponer un reglamento para la comercialización del noble producto.

—Sin embargo la televisión europea ha informado que el Gobierno ha abrogado ese reglamento.

—Pero no nos ha avisado a los que nos ganamos la vida vendiendo la coca, sino a otros dirigentes que son traidores.

—Qué barbaridad, sobrino Paulovich, digo Paulino Huanca. ¿Y qué pasa en el resto del país?

—Hay huelgas de hambre en varias ciudades reclamando por la libertad expresión vulnerada por una ley.

—O sea, sobrino, ¿tú dirías que el país está convulsionado?

—No, el país vive en la normalidad y esto quiere decir que el despipelote es normal pues estamos acostumbrados.

—No entiendo lo que es “despipelote”, sobrino Paulino.

—No te hagas la “tiquina”, tía Restituta, pues despipe quiere decir despelote, marchas y contramarchas, bloqueos y desbloqueos, muertos y comisiones investigadoras, fiscales, policías y un pueblo que escucha todos los días decir que vivimos tiempos de cambio y que el país está progresando. Todo eso es el despipe, el despiole, el despelote, mientras miles de hectáreas se queman y no hay un solo avión bombero y millares de bolivianos contemplan los efectos de la sequía, y nadie puede calmar su sed ni el hambre de las vacas que se mueren de hambre y de sed.

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