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El candidato encarcelado



© by Paulovich



Bolivia, Jueves, 22 de octubre de 2009

Menudo colerón sacudió las tripas de los yatiris Calimán y Titirico cuando supieron que el presidente de la Corte Nacional Electoral, señor Antonio Costas, reconoció y ratificó que el candidato a vicepresidente Leopoldo Fernández tiene el derecho a realizar su campaña electoral desde la cárcel de San Pedro.

Sin previo aviso, aparecí en el consultorio político-sentimental de Titirico, encontrando a los yatiris en hondo desconsuelo, despotricando en contra del Presidente del Órgano Electoral Plurinacional, de quien dijeron: “Este Antonio Costas parece ser el jefe de la campaña electoral de Leopoldo Fernández”, repitiendo las palabras de otro alto funcionario estatal.
Cuando su secretaria me anunció, el yatiri autorizó mi ingreso, los dos brujos me clavaron sus ojos como saetas y Calimán me dijo: “Imagino que estarás feliz con el pronunciamiento del Costas”; respondiéndole serenamente que me pareció un reconocimiento ajustado a las leyes, mientras los yatiris se tiraban de los cabellos y se pellizcaban sus mochos faciales.
El yatiri Calimán pidió a la secretaria whisky para todos y después del primer trago me dijo: “Vas a saber que por encima de todas las leyes y hasta de la misma Constitución, el reglamento carcelario debe ser cumplido y a rajatabla, y allí se establece que todos los presos son iguales y nadie podrá gozar de privilegios especiales y menos hacer campañas electorales en su favor”.
Le dije que sus palabras no reflejaban la verdad, para no decirle que era un cholo mentiroso, pues en la cárcel de San Pedro hay privilegios de toda clase, comenzando por la categoría de las celdas, el precio de éstas, bajo regímenes de alquiler o de anticrético, con muebles y sin muebles, televisor en colores o sólo en blanco y negro.
“¿Cómo sabes todo eso?”, me preguntó Titirico, y le respondí que yo estuve recluido en San Pedro y que no hablaba de memoria.
Los brujos aymaras reconocieron que algo habían oído hablar sobre los derechos y privilegios de algunos presos, pero que esos distaban mucho de candidatear para Vicepresidente desde la cárcel y tener el derecho a hacer campaña como todos los demás candidatos.
Les seguí informando a estos brujos de pacotilla acerca del famoso reglamento carcelario que pretendían defender mis amigos yatiris y les dije: “En San Pedro se permite todo, hasta meter clandestinamente trago de cualquier marca, droga de toda calidad, armas de fuego y armas blancas y que hasta se vendían drogas en el mismo penal y que, por último, hasta se reciben turistas para mostrarles la cárcel más sensacional del mundo, a los que también se ofrecen drogas en pequeña cantidad. Y por último —les dije— hasta se pueden meter cholas para los presos necesitados de amor.
¿Qué reglamento carcelario podría ser invocado en San Pedro para que don Leopoldo Fernández no pueda ser candidato a vicepresidente y realizar su campaña al igual que todos los demás candidatos?

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