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La Paz - Bolivia, martes, 22 de febrero de 2011
Una interesante crónica periodística nos informa que las cucarachas ponen en ascuas a la sede del Órgano Legislativo Plurinacional a causa del cambio climático que se registró en sus dependencias.
Cuando mi comadre Macacha concluyó de leer para mí esa noticia tan pintoresca y asqueante, dejó el periódico y se puso a bailar esa vieja tonada tropical cuya letra dice: La cucaracha, la cucaracha /ya no puede caminar, /porque le falta, porque le falta, /la patita principal…, obligándome a seguirle los pasos al compás de esa melodía. Y ya podrán imaginar los lectores a esa formidable pareja compuesta por una airosa cholita cochabambina y un periodista llasa-siki, que en quechua quiere decir “poto pesado”.
Al concluir de bailar “La cucaracha”, nos sentamos a dialogar, y mi comadre me dijo:
“Yo no quiero ofender a la Asamblea Legislativa, multicolor y folklórica —como usted le llama—, pero sé que las cucarachas invaden casas no porque éstas sean más calientes que otras, sino por ser más cochinas, o sea que en el Palacio Legislativo lo que falta es limpieza…”.Temeroso de que el senador Surco o el senador Ávalos, o el mismísimo Vicepresidente de la República y Presidente nato del Congreso la pudieran juzgar a mi comadre de “desacato”, pedí a la cholita que fuera más prudente y que aclarase lo de la falta de limpieza en el Palacio Legislativo, pero la valerosa cochabambina me respondió:
“Yo no reculo mis palabras y sigo sosteniendo que las cucarachas aparecen en una casa por falta de limpieza…”.Yo que soy ingenuo y despistado, pregunté a mi pariente espiritual qué número de cucarachas habría en el Palacio Legislativo y ella me dijo que es muy difícil saber el número exacto de esos insectos porque se reproducen en lugares poco limpios, en las cocinas y depósitos de alimentos.
De pronto, Macacha reaccionó como buena y responsable ciudadana, diciéndome resueltamente:
“De nada vale lamentarnos de que hubieran tantas cucarachas en la Asamblea Legislativa, vayamos a exterminarlas armados de insecticidas, jabones y escobas, y cooperar en esas urgentes acciones para erradicar cucarachas, ratas y ratones que infecten nuestro hermoso Palacio Legislativo”,cargando todos esos elementos en mi motocicleta Hardley Davidson, emprendimos un nuevo raid hacia la plaza Murillo que denominamos:
“Polleras al viento contra las cucarachas de la Asamblea Legislativa”.Al llegar, mi comadre Macacha se puso a cantar en la puerta principal: La cucaracha, la cucaracha, /ya no puede caminar, /porque le falta, porque le falta, /la patita principal, y la dejaron pasar con sus bártulos de limpieza y yo me colé con ella preguntando en voz alta: “¿Dónde están las cucarachas…?”, pero como las cucarachas no son tontas, desaparecieron metiéndose en sus escondrijos. Salimos del Palacio Legislativo cantando la cucaracha, la cucaracha, etcétera, etcétera.
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