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Hay que saber ser rico



© by Paulovich



La Paz - Bolivia, Jueves, 29 de abril de 2010

“Hay que saber ser rico, como también hay que saber ser pobre, porque si no sabes ser rico, la riqueza no te sirve para nada y seguirás siendo infeliz teniendo a tu vera un cerro gigantesco lleno de hierro y al cual podrías convertirlo en acero como el Mutún”, así me dijo mi asesora en Asuntos Económicos, la cholita cochabambina Macacha, al volver de Puerto Suárez, donde se armó un quilombo de la gran siete, con bloqueo y paros.

Como el tema me pareció interesante, decidí llevarlo a uno de los salones del Naiclú Malena para debatirlo con mis amigos yatiris Calimán y Titirico y algunos intelectuales alteños que no le tienen miedo a ningún problema del conocimiento y menos a la siderurgia porque por algo son brujos andinos y me están instruyendo para ser aprendiz de brujo para orientar mejor a mis amigos desde una columna periodística que se nutre en la fuentes vitales del naiclú Malena.

Cuando expuse la tesis de mi comadre Macacha, un seguidor del alcalde electo de El Alto, Patana, me replicó diciendo: “Qué sabe esa chola cochabambina del Mutún si sólo sabe moler locotos sobre el batán”, frase que me pareció ofensiva y en contra de mi comadre, por lo cual lo reté a duelo como en los tiempos cuando todavía gobernaban los caballeros. El ofensivo que desconocía el código caballeresco me dijo que le enviara a mi comadre en vez de mi madrina y recibió una bofetada, pero felizmente (para él) nos separaron, con lo que se confirma el dicho de “nunca faltan encontrones cuando un cholo se divierte”.

Volvimos al “intercambio ideológico” y Calimán, yatiri asesor de gobernantes, manifestó a la mesa: “La comadre cochabambina del Paulino Huanca tiene razón al decir que debemos saber ser ricos porque de otra manera nuestras riquezas naturales no nos servirán de nada y viviremos pobres como siempre, como vemos ahora con el Mutún y lo veremos próximamente con el litio y los recursos evaporíticos por los cuales ya comenzamos a pelear entre potosinos y orureños cuando recién se organiza una oficina que estudiará las posibilidades de su explotación a cargo de empresas extranjeras con tecnología”.

Un cerrado aplauso premió las palabras del yatiri, y el Administrador del Malena nos envió una torta creyendo que se trataba de un cumpleaños. El yatiri Titirico (pariente del gobernador electo César Cocarico) se adhirió a las palabras del yatiri Calimán y nos recordó que hace varias décadas, cuando una empresa famosa en el mundo, la Lithco Corporation, se interesó por explotar el litio del Salar de Uyuni, surgió paralelamente una montaña de peticiones provinciales, departamentales y nacionales para participar en el negocio, junto con un batallón de bolivianos “patriotas” que se oponían a la participación extranjera en la explotación, hasta que los canadienses se aburrieron, renunciaron al litio boliviano y se fueron a invertir a la Argentina en el Salar del Hombre Muerto.

Triunfó la tesis de mi comadre Macacha de que hay que aprender a ser ricos, pero como fueron destapadas varias botellas de pisco, hoy ni nos acordaremos del hecho.

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