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Sismólogos y chismólogos



© by Paulovich



La Paz - Bolivia, Domingo, 9 de mayo de 2010

Esta crónica debería titular La noche que tembló el naiclú “Malena” o Los yatiris creen en Dios o El incremento del cinco por ciento produce un sismo, pues refleja el pánico que cundió en el “Malena" la noche del miércoles cuando un terremoto de 6,5 grados en la escala de Richter se produjo entre Tacna y Arica, y se sintió en las ciudades de La Paz y El Alto.

Eran las 22 y 15 de la noche (hora de Greenwich) y yo me encontraba bailando el bolero Reloj con mi comadre Macacha, quien había acudido al naiclú para cobrarme los intereses correspondientes a abril por un préstamo en dólares que me concedió para que pudiéramos viajar al carnaval de Oruro, asunto que me puso sentimental y coqueto, pues yo cantaba en la oreja de mi comadre prestamista ...reloj no marques las horas porque voy a enloquecer, reloj detén tu camino... etc., etc., cuando ella se me abrazó con fuerza y comenzó a gritar: “¡Ay, Jesús, María y José, la tierra se está moviendo y Dios quiere castigar al ministro de Hacienda, Arce Catacora...!”.

Yo, firme y sereno, sujeté a mi comadre Macacha para que no se cayera víctima de un soponcio, y grité: ¡Calma, noble pueblo alteño, que sólo se trata de un sismo en los países vecinos de Perú y Chile!”. Pero el pánico y la confusión cundieron, las botellas y los vasos rodaron por los suelos, mientras algunos parroquianos se arrodillaron en la pista de baile y comenzaron a pedir perdón a Dios por sus pecados. Entre estos reconocí a mis amigos yatiris Calimán y Titirico, que me dijeron llorando:

“Este es un castigo de Dios, o por lo menos un aviso de la Divinidad porque el Gobierno no quiere aumentar más del cinco por ciento a los trabajadores”.
Pedí un matecito de toronjil para mi comadre, que agradecida me dijo: “Dios se lo pague, compadre y olvídese de los intereses que me debe por abril”. Yo también le pedí que los olvidara. Y volví a mis amigos yatiris que seguían conmovidos por el sismo y buscaban a los culpables del movimiento sísmico. Aproveché de su confusión para decirles: “Dice mi comadre Macacha que el ministro de Gobierno, señor Sacha Llorenti, ha informado oficialmente que el movimiento sísmico ha sido controlado por las autoridades encargadas del orden. 17 trabajadores fabriles han sido detenidos y serán puestos a disposición de la Justicia. De todas maneras, no se concederá un aumento mayor al cinco por ciento al salario de los trabajadores, pues la intensidad del movimiento sísmico en Bolivia apenas sobrepasa el cuatro por ciento en la escala de Richter.

Los yatiris seguían asustados y continuaron buscando a los culpables del movimiento sísmico, y se encontraban tan shockeados, que exigirían la captura inmediata de un neoliberal llamado Epicentro y de sus cómplices, mientras que otros distinguidos ciudadanos alteños pedían la renuncia de varios ministros del presidente Evo, y en especial del Ministro de Hacienda, que es el más empecinado en negar un aumento mayor al cinco por ciento en la Escala de Richter o en la de Mercalí. Fue una noche de mucho susto y de mucho gusto, porque logró ablandar a la usurerita de mi comadre Macacha

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