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Collas y cambas en Urkupiña



© by Paulovich


w 15/08/2009

Con la autorización de la Virgen de Urkupiña y del arzobispo de Cochabamba, monseñor Solari, hoy ofrezco primicialmente a mis lectores algunos fragmentos de las plegarias que escuché involuntariamente cuando me hallaba en el Santuario de la Mamitay tratando de comunicarme con la imagen milagrosa para implorarle un modesto prodigio que me ayudaría a vivir en medio de esta crisis terrible.

En esa pugna por llegar a una de las orejas de la madre de Dios, me sorprendió escuchar la voz de un devoto que hablaba igualingo a mi amigo Piroco y que le decía a la Mamitay: “Virgen collinga, escuchame pue, soy tu devoto que ha venido desde Santa Cru… ¿Me escuchás? ¡Qué me vas a escuchar en medio de tantas cholas gritonas y lloronas… soy pue amigo de Piroco a quien le regalaste el año pasado un convertible último modelo… No pue, Virgencita de Urkupiña, yo no te pido un convertible igualingo, sólo te pido que el Fiscal Sosa no me incluya en su caza de brujas en medio de su novela Terroristas de pacotilla, porque si lo hace me friega… ¿Me escuchás Maminga de Urkupiña? Yo siempre he sido amigo de los collingas que viven en Santa Cru y si no creés preguntale a Carlitos Chichi Alcázar, representante del periodista Paulino Huanca en Santa Cru. Gracias mamacita linda, collinga tenías que ser…”.

Unos metros más adelante de mi puesto de escucha involuntario se encontraba un devoto potosino que también rezaba en voz alta para hacerse escuchar por la Mamitay en medio de tanta vocinglería y decía en su plegaria: “Mamitay de Urkupiña, no te pido por las aguas del Silala que los chilenos ya se las llevaron, ni te pido por la estructura cónica del Cerro de Potosí, ni tampoco por el alza en los precios de los minerales, te pido por mi hijo a quien el ministro Quintana quiere llevárselo a Santa Rosa del Abuná en el departamento de Pando. El es potosino y se me puede morir tragado por la selva pandina. Dejalo votar nomás en Potosí y no permitas que me lo arrebate el ministro Quintana. ¿Me escuchas? Tú amas a todos los bolivianos y aquí estamos en Urkupiña collas, cambas, chapacos en una fiesta de integración nacional que nunca podría organizar ningún líder político y eso es porque Jesucristo nos une y su mamitay nos bendice y nos hace caso: He venido desde el Sumac Orko y vivo cerquita del Boulevar…”.

Un tarijeño también gritaba su plegaria y no dejaba a la Virgen escuchar la mía. El tarijeño decía en su plegaria: “Virgen de Urkupiña, vengo después de haber conversado con tu colega la Virgen de Chaguaya. ¿Me escuchas? Soy amigo del famoso Chafallo Ruiz y del Pilulo Zamora. Yo quiero pedirte por los chapacos y su prefecto, el señor Cossío. Ayúda a los tarijeños que luchamos por el progreso de nuestra tierra y nuestra verdadera autonomía departamental. Yo sé que Jaime Paz Zamora es tu amigo y devoto, él te manda saludos en este tu día. ¿Me escuchas…? Si no oyes mi plegaria me vuelvo a Tarija y me quejaré a tu colega la Virgen de Chaguaya…”.

La Virgencita de Urkupiña unió a todos los bolivianos.

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