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Una nación, una bandera



© by Paulovich


w 18/08/2009

Cuando me encontraba en Quillacollo bailando en honor a la Virgen de Urkupiña, mi pareja me dijo: “Unos ruidos extraños te salen del pantalón…”. Eran provenientes de mi teléfono móvil y tuve que detener mi ritmo bailable para atender esa llamada. Era la de mi tía Clothilde von Karajan Quiroga, quien me llamaba desde Berlín.

—Aló… ¿quién me llama y se atreve a interrumpir mi sagrada misión bailable en honor a la Virgen de Urkupiña que nadie debería interrumpir?

—Soy tu tía Clothilde que te llama desde Beglín, donde también estoy bailando por las calles de Beglín en honog a la Virgen de Ugkupiña.

—¡Qué maravilla, tía Clothilde! Me emociona saber que en Berlín y otras grandes capitales del mundo se celebre la fiesta de Urkupiña.

—Así es sobrino, estoy vestida de chola paceña con 25 pollegas y los transeúntes alemanes me han aplaudido mucho y todos quieguen contag cuántas pollegas llevo.

—Felicitaciones, tía Clothilde ¿y tu conjunto lleva alguna bandera que lo identifique como boliviano?

—Clago, sobrino, mi conjunto de los waca tokoguis tiene un abnegado que lleva nuestro estandagte con nuestros cologues gojo, amaguillo y vegde, y es pog eso que muchos beglineses me han gritado cuando yo pasaba: “¡Viva Bolivia, kagajo!” ¿Pog qué me preguntas sobre nuestra bandega?

—Porque uno de los recientes decretos del presidente Evo nos quiere obligar a que junto a nuestra gloriosa tricolor también llevemos como emblema la wiphala.

—¿Qué es eso de “kipala”, sobrino?

—Es una bandera a cuadros multicolores que algunos indigenistas sostienen que era la bandera de sus antepasados.

—¡Qué chistoso! Todos los países tienen una sola bandega, sobrino, y es la que flamea en las Naciones Unidas y también en la FIFA que es la ogganización mundial del fútbol. En Alemania también hay muchas guegiones y muy diferentes estrellas pego hay una sola bandega nacional.

—Así es tía Clothilde y me alegra que hubieras bailado por las calles de Berlín, en la Entrada de Urkupiña, precedida por nuestra gloriosa tricolor y no detrás de una wiphala que era una bandera de los Tercios Españoles en la guerra de Flandes, como yo he visto en un cuadro famoso que se exhibe en el monasterio de El Escorial.

—Menos mal que ese decreto del presidente Evo no hubiera sido traducido al alemán ni comunicado a las Naciones Unidas ni a la FIFA donde nuestra bandega siga siendo la gojo, amaguillo y vegde creada en 1851.

—Así es, tía Clothilde von Karajan Quiroga, y continúa bailando por las calles de Berlín, mientras yo lo hago por calles de Quillacollo y lo seguiré haciendo hasta que se realice la última kacharpaya.

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