© Paulovich AL VER EN LA TELEVISIÓN LOCAL AL MINISTRO DE Hacienda anunciando nuevos impuestos para incrementar los ingresos al Estado me atacó la risa, atorándome con los alimentos que ingería pues me hallaba almorzando con la negrita yungueña a quien salpiqué con las papas y chuños y otros ingredientes del chairo que ella me había invitado.
Avergonzado de tal guarrería limpié su vestido con mi pañuelo Pidiéndole disculpas por la falta tan grave que cometí involuntariamente, pasando luego a conversar sobre el motivo que produjo mi risa intempestiva y que no era otro que el anuncio ministerial de que el Gobierno se aprestaba a recaudar nuevos impuestos, gravando, como siempre, a la economía de ese pequeño sector de la población que paga impuestos.
La negrita sorprendida me preguntó si yo pago impuestos al Estado, lo que me produjo otra vez una risotada más afortunada que la anterior porque ya había concluido el chairo. Cuando terminé de reír miré fijamente a los ojos de la negrita y le dije: "¿Es que me has visto con cara de cojudín?".
Antes de que me dijera que sí, le expliqué que hace treinta años soy comerciante informal inscrito en tres Federaciones de Gremiales, mostrándole los carnets que llevaba en mi billetera. Como ella no se convencía de mi astucia, agregué: "Debes saber, además, que tengo tres quioscos en la ciudad de La Paz y dos en Oruro".
Ella, la Bartola, me felicitó por mi astucia empresarial, y quiso saber acerca de mis bienes patrimoniales, contestándole rápidamente: "No tengo bienes patrimoniales sino bienes matrimoniales entre los que está un edificio de cinco pisos cerca a la avenida Buenos Aires que no paga impuestos porque la fachada no está acabada".
Ingresando a revelaciones confidenciales y tomándole de una manita, le conté que también soy dueño de tres taxis y de un colectivo amarillo, preguntándole a Bartolita: "¿Has escuchado alguna vez que los taxistas y colectiveros paguen impuestos por sus ingresos?".
La reumatóloga yungueña quedó boquiabierta, momento que aproveché para decirle: "También debes saber que tengo unas tierras cercanas a Achacachi que producen papas, racachas, ocas y otros productos. A ver quién se atrevería a cobrarme impuestos sabiendo que soy íntimo amigo del Mallku y que actualmente dirijo su campaña para que sea elegido Constituyente el mes de julio. Claro que esas mis tierras no están a nombre del señor Paulovich sino al de Paulino Huanca, amigo y seguidor del afamado Mallku que una vez me hizo decir con un compadre: no te hagas mamar con los impuestos de los q"aras".
Por último, le conté a la negrita mi último secreto: "También soy contrabandista y viajo al Perú y Chile cada mes para traer mercadería que me la vende uno de mis compadres en la calle Eloy Salmón, mientras muy cerquita yo vendo montones de ropa usada made in USA".
Por eso me río cuando escucho anunciar nuevos impuestos, pues estos son solamente para los giles, y no para mí.
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